4 de julio de 2018

LANZAROTE

¡BUENOS DÍAS!

Hace ya unos meses que no me sentaba delante del ordenador, abría el blog y me ponía a escribir. Lo normal es que echara la culpa a la universidad; como ya sabéis, acabo de terminar la carrera y los últimos meses son un tanto... complicados. Pero, no sería justo, la verdadera razón es que, durante estos meses de ausencia, he introducido muchas actividades a mi día a día, lo cuál, apenas me ha dejado tiempo para pensar que quería contaros y escribirlo.

Ya habiendo puesto punto y final a la etapa universitaria -solo con el TFG pendiente- y habiendo cerrado muchas de esas actividades que os comentaba, puedo volver a la rutina.

¿Con qué empezar esta vuelta? Con lo mejor de acabar la universidad: Su viaje de fin de carrera. ¿Destino elegido?: Lanzarote.

Vamos a ello...



La mayor parte de mis compañeros, eligieron viajar a Cancún durante el mes de enero- febrero para poner punto y final a una etapa tan importante como es la universidad.

Una amiga y yo no teníamos claro eso de irnos al caribe como viaje de fin de carrera, preferíamos gastarnos el mismo dinero que había que invertir en un viaje tan grande, en un destino nacional, de sol y playa y que, además, nos permitiera irnos en mejores condiciones y muchos más días. Ya sabéis, para gustos colores.

Ambas lo teníamos muy claro, el destino elegido eran las Islas Canarias pero ¿a cual de ellas? No hubo discusión, las dos queríamos conocer Lanzarote así que, dicho y hecho: billetes listos, maletas preparadas... ¡comienza nuestro viaje!

Semanas antes de nuestras merecidas vacaciones, hubo un pequeño percance: Me hice un esguince de segundo grado, solo os adelanto que tuve que ir a mi propia graduación con muletas; así que, la cosa no pintaba muy bien pero, el reposo y la rehabilitación fueron decisivas para que pudiera irme a ese ansiado viaje; eso si, con un muleta por si acaso, mi tobillera y un huevo como tobillo. 

A pesar de que cualquiera que lea esto pueda pensar que menudo viajecito nos esperaba, todo fue sobre ruedas. Visitamos lugares característicos de la isla: La Fundación de Manrique, los Jameos del Agua, el Jardín de Cactus, la Cueva de los Verder, el Timanfaya y, como no, dimos nuestros paseo en camello; he de añadir que, en esta última actividad la lié un poco, algún grito y unos minutos tensos pero al final salió bien.









Pudimos disfrutar de sus playas: La playa de las Cucharas, Playa Blanca en el Puerto del Carmen y, de la tan famosa Playa del Papagayo.



Hubieron cosas que no pudimos hacer como coger un ferry a Fuerteventura y recorrer algún punto menos característico de la isla pero, mirémoslo positivamente: Ya tenemos un motivo para volver

Y antes de concluir este post, quería dar las gracias a Mirella. Mirella se ha convertido en menos de 4 años de carrera en un apersona muy importante en mi vida: Ha sido mi compañera, mi cómplice, la que me acompañaba a por las pulgas de tortilla de la universidad, la que hacía las clases menos aburridas y, la que ha hecho de este viaje algo para recordar. Así que, desde aquí: GRACIAS.

Si queréis ver más imágenes del viaje os dejo aquí mi instagram @irene_jiimenez y el de @mireperfectlyimperfect  

Espero que os haya gustado el post y,
nos leemos pronto.

Irene

1 comentario:

  1. Hola guapa !!!
    Pedazo viaje... me ha encantado el post, suerte que mejoraste del tobillo e hiciste un gran y merecido viaje.
    Yo soy madrileña, pero por amor me fui a vivir a Tenerife hace 2 años y es increíble, me he enamorado de la isla, alguna más he visitado pero Lanzarote me queda pendiente y tengo ganas de ir, a ver si vamos prontito.
    Muuacks !!!

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